La pobreza no es siempre una condición circunstancial. Las personas de clase baja en una sociedad suelen vivir con la preocupación de realizar su siguiente pago, manteniendo la intención de obtener el máximo provecho de cada una de sus compras; sin embargo, resulta común que cometan muchos errores en el proceso, obteniendo resultados adversos.
Por lo general, la gente pobre gasta su dinero de manera descuidada, muchas veces sin siquiera notarlo. Esto les impide mejorar su condición económica, manteniéndolos en la misma situación inestable durante mucho tiempo. A continuación se mencionan algunos de los hábitos que lo conducen a malgastar sus ingresos y que tal vez no había pensado en corregir.
1. Falta de planificación
El mayor problema para la gente pobre es no tener la costumbre de planear sus gastos. Una economía saludable requiere de una constante planificación y programación de las acciones que se realizarán en los siguientes días. Cuando no se establecen presupuestos ni metas financieras, el dinero se derrocha con facilidad.
Las personas de clase baja no suelen escribir una lista antes de salir de compras, propiciando las compras impulsivas y las decisiones de último momento. Los centros comerciales, tiendas y supermercados, diseñan sus anuncios y ofertas para motivarlo a comprar más de lo que requiere, y la mejor manera de evitar esta trampa es definir con exactitud, y de antemano, lo que desea comprar.
Ver: ¡Alerta! Etiquetamos a nuestros pobres
2. El gasto inmediato
Otro mal hábito consiste en gastar el dinero inmediatamente después de recibirlo. Las personas que pasan dificultades al final de cada mes están distribuyendo mal sus ganancias. Cuando reciben un ingreso extra inesperado, lo consideran como una oportunidad para adquirir los lujos que no se habían podido permitir. En cuanto tienen la oportunidad, se compran una nueva televisión o un mejor teléfono móvil, sin considerar que ese dinero les podrá hacer falta más adelante. No tienen la costumbre del ahorro, ni piensan en sus necesidades a futuro.
3. Elevado costo en vicios
Ver: Quitar dinero a los ricos y dárselo a los pobres genera más pobres
Los vicios son una significativa fuente de gastos innecesarios. Las cajetillas de cigarros, las bebidas alcohólicas, e incluso las diversas tazas diarias de café, son compras que resultan extremadamente costosas a largo plazo. La gente pobre es vulnerable a adquirir este tipo de hábitos por vivir bajo constantes estados de estrés y ansiedad. Sin embargo, fallan en darse cuenta de que estas actitudes también contribuyen a largo plazo a la continuidad de sus angustias. Como efecto colateral, las malas costumbres perjudican su salud, generando una fuente adicional de gastos innecesarios.
4. Gastos excesivos en Loterías y Juegos de Azar
Ver: Cómo controlar los gastos pequeños
Una aparente salida fácil para una situación tan compleja es una trampa en la que muchas personas quedan atrapadas. Es común que, después de mucho tiempo viviendo en la pobreza, las personas traten de enriquecerse por la vía rápida. Los billetes de lotería y los juegos de azar representan una manera de derrochar inmensas cantidades de dinero cuando se practican con constancia. El empleo de estos métodos fortuitos es una puerta para encontrar dificultades económicas, y corresponde a un entorno en el que, lo único seguro, es el enriquecimiento de las grandes compañías.
La gente pobre gasta su dinero pensando a corto plazo, y esta actitud les impide revertir su situación. El hábito de planear con antelación y la disciplina, son dos valores necesarios para combatir y prevenir las dificultades financieras. En el momento en el que establecemos objetivos a futuro, podemos concentrar nuestros esfuerzos para conseguirlos, invirtiendo y ahorrando nuestro dinero de la manera más adecuada.
Gibe
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