El piso que tenían en propiedad fue subastado por no pagar las cuotas al tener que afrontar sus gastos diarios y los de su hijo pequeño
El Juzgado Mercantil número 1 de Lleida ha perdonado una deuda de 347.542 euros a un matrimonio leridano (183.813 euros al hombre y 163.729 euros a la mujer) cuya situación de insolvencia se originó en el año 2008, cuando él perdió su empleo y para hacer frente a los gastos de la hipoteca aceptaron los préstamos que el mismo banco ofreció a la pareja para pagar las correspondientes cuotas. De este modo, el juez aplica la Ley de la Segunda Oportunidad a los clientes de Bergadà Abogados y, por lo tanto, les exonera del pasivo insatisfecho.
En cuanto a los hechos, cabe remontarse a la crisis económica del 2008. El hombre perdió su empleo y esto supuso un duro golpe para la economía familiar, ya que los ingresos se redujeron significativamente, debido a que sólo la mujer tenía un suelo. Asimismo, él recuerda que «hacia pocos años que habíamos firmado una hipoteca con la compra de una vivienda y los intereses subieron tanto que pasamos de pagar 600 euros al mes a 1.300 euros mensuales, una cantidad que con un sueldo era imposible abonar».
Además, su hijo tenía tan sólo dos años y «para nosotros era fundamental que no le faltara nada», explica la pareja. Ante esta situación, «el director de nuestra entidad bancaria nos ofreció un préstamo como ayuda financiera para hacer frente a la hipoteca, pero eso nos acabó de hundir, ya que la deuda se fue haciendo cada vez más grande debido a los intereses. Incluso, nos llegaron a ofrecer otros para pagar los anteriores», comentan.
A pesar de sus esfuerzos, la situación no mejoró. El hombre estuvo casi cuatro años en situación de desempleo, un periodo de tiempo durante el cual fue incapaz de encontrar nuevas oportunidades laborales, ya que la crisis también había afectado severamente a los empresarios. Esto complicó aún más el cumplimiento de sus obligaciones de pago. «Nosotros queríamos arreglar la situación y solucionar el problema tan grande que teníamos, pero con un niño pequeño y tan sólo uno de los teniendo un trabajo era totalmente imposible», lamentan.
Como resultado, el matrimonio comenzó a recibir los primeros embargos judiciales. Incapaz de hacer frente a los cuotas hipotecarias, su situación se agravó hasta el punto que en 2013 su piso fue ejecutado y subastado por falta de pago, quedando aún pendiente una deuda de aproximadamente 150.000 euros, a los que había que sumarles los préstamos que tenía.
En este sentido, la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Abogados, Marta Bergadà, comenta que «estaban en un situación sumamente complicada y, por lo tanto, tenían un futuro muy complejo debido a todas las adversidades sufridas hasta ese momento. Además, su banco les ofreció una solución que no era la acertada«. En esta línea, el matrimonio añade que «nunca habíamos fallado a la hora de pagar una cuota de la hipoteca y queríamos seguir pagando. También es cierto que entonces éramos muy jóvenes y no tuvimos un buen asesoramiento, por lo que todo se complicó demasiado».
A ello, hubo que sumarle las constante llamadas de la entidad bancaria con la que tenían tanto la hipoteca como los préstamos solicitados para que hicieran frente a los pagos pendientes. «Cada día recibíamos numerosas llamadas. Llegó un momento en el cual con tan sólo ver un número de teléfono desconocido nos poníamos malos, ya que nos agobiaban y jugaban con el miedo y la presión«, puntualiza la pareja. Es más, añade que «hasta la fecha no lográbamos dormir ni seis horas seguidas, como mucho tres o cuatro, y eso acaba pasando factura a la salud«.
Además, al hombre se le concedió una incapacidad total debido a una enfermedad y que, posteriormente, se agravó y se acabó convirtiendo en absoluta. Asimismo, parte de los ingresos actuales tiene el matrimonio van destinados a los cuidados de la madre de la mujer, quien se encuentra en un delicado estado de salud.
No obstante, el pasado mes de marzo leyeron en la prensa de Lleida un caso en el cual un juzgado había perdonado una deuda. «Empezamos a indagar un poco más y vimos que había familias, en una situación similar a la nuestra, a las cuales se les había exonerado del pasivo insatisfecho y que sus casos habían sido llevados por Bergadà Abogados. Por esta razón, rápidamente nos pusimos en contacto con Marta Bergadà y su equipo para concertar una citada y exponerles nuestro caso», señalan.
Por su parte, Marta Bergadà comenta que «en aquella primera reunión comprobamos que estaban al límite y que las deudas iniciales se habíamos convertido en una inmensa bola de nieve difícil de afrontar. Con la documentación aportada quedó demostrado que se trataban de deudores de buena fe y que, por lo tanto, se podían acoger a la Ley de la Segunda Oportunidad, razón por la cual se inició todo el procedimiento«.
De hecho, el matrimonio indica que «nos merecíamos la oportunidad de salir adelante y que desde hacía años se nos había privado pese a deberse a un infortunio de la vida como es una crisis económica y la correspondiente pérdida de trabajo, además que el banco nos había abandonado a nuestra suerte». Por ello, «el procedimiento también lo vivimos con nervios, aunque todo el equipo de Bergadà Abogados estuvo siempre a nuestro lado y transmitiéndonos mensajes positivos«, añade.
Fue recientemente cuando todo cambió, ya que el juez emitía el correspondiente auto mediante el cual al matrimonio se le exoneraba de un pasivo insatisfecho de 347.542 euros (183.813 euros al hombre y 163.729 euros a la mujer). «Cuando me llamaron de Bergadà Abogados había ido a buscar a mi mujer al trabajo y al comunicármelo sentí una sensación muy difícil de describir. Cuando salió ella de trabajar estaba emocionado y con la mirada nos lo dijimos todo. Fue un momento muy intenso después de tantos años de sufrimiento«, explica el hombre.
Por este motivo, «ahora podremos vivir con total tranquilidad y tener un piso en propiedad. Además, sufríamos pensando en el día de mañana y que nuestro hijo no se viera afectado en un futuro por nuestro infortunio. Pero ahora verá que sus padres lucharon porque a él no le faltara de nada y que tampoco tuviera nuestras preocupaciones. Podremos vivir lo que no hemos vivido».
Finalmente, Marta Bergadà manifiesta que, «aunque pueda parecer que queda lejano en el tiempo, todavía hay familias que están sufriendo las consecuencias de la devastadora crisis de 2008. Por este motivo, además de los abogados, los medios de comunicación también juegan un papel clave para dar a conocer la Ley de la Segunda Oportunidad y que las personas que lo están pasando mal sepan que si son deudoras de buena fe pueden acogerse a ella y tener un futuro digno«.
