Durante unos 20 años ninguna entidad bancaria le había comunicado que lo que debía y hasta que a finales de 2023 se le embargó la nómina
El Juzgado Mercantil número 1 de Lleida ha perdonado una deuda de 58.405,11 euros a un transportista de profesión y vecino de Agramunt el cual se vio inmerso en una situación de insolvencia a raíz de los préstamos e impagos y que se agravó por la crisis del Covid-19 y el infortunio de tener que coger bajas de larga duración por operaciones quirúrgicas. De este modo, el juez aplica la Ley de la Segunda Oportunidad al cliente de Bergadà Asociados y, por lo tanto, le exonera del pasivo insatisfecho.
En este sentido, en el año 1995 el hombre constituyó una empresa de transportes. Al cabo de unos años decidió cerrarla y empezó a trabajar por cuenta ajena en el mismo sector. «De hecho, se liquidó una deuda con la Seguridad Social y Hacienda de unos 6.000 euros», señala. Posteriormente, adquirió una vivienda, pero no se pudo hacer frente al pago de la hipoteca por diversas adversidades que se dieron. Intentó una dación en pago de la vivienda y al no conseguirla fue subastada y quedó una cola de deuda pendiente. De este modo, los años fueron pasando mientras que el hombre era ajeno a que la mochila de deudas era cada vez mayor, ya que todavía se iban arrastrando préstamos y avales pendientes que él desconocía.
Además, a causa de la crisis provocada por el coronavirus y unas bajas laborales derivadas de unas operaciones, su trabajo se vio afectado y sus ingresos disminuyeron considerablemente. En este sentido, en 2019 estuvo ocho meses de baja laboral a causa de una rotura de los ligamentosa y a finales de 2022 otros tres meses por una operación, por lo que durante dichos periodos de tiempo no pudo ejercer su profesión.
Pero lo peor todavía estaba por llegar. Fue en octubre del año pasado cuando su nómina fue embargada por las deudas que se habían acumulado desde hacía años. «Me quedé a cuadros, ya que desde que cerré mi empresa hace poco menos de 20 años siempre he trabajado por cuenta ajena y he estado empadronado en el mismo domicilio, por lo que he estado todos estos años localizable y nunca había recibido una comunicación«, comenta. Así, llegó un momento en el que no pudo hacer frente a lo que se le exigía.
Agobiado por la situación, decidió personarse en los juzgados de Balaguer para recabar información al respecto, «pero no me la dieron». Posteriormente, » solicité un abogado de oficio, pero tampoco se me concedió». Fue a principios de este año cuando contactó con Bergadà Asociados y la abogada y socia fundadora del despecho especializado en Derecho concursal, Marta Bergadà. «Nos conocemos desde años y un día le expliqué mi caso para ver si ella y su equipo me podían ayudar. De hecho, no conocía la Ley de la Segunda Oportunidad y por desconocimiento tenía desconfianza», argumenta el hombre.
Por su parte, la letrada recuerda que «tenía mucho miedo y al momento vimos que se trataba de un deudor de buena fe, por lo que le intentamos transmitir mucha tranquilidad, la cual necesitaba. Además, veíamos claro que se le podía exonerar el pasivo insatisfecho, pese a haber numerosas entidades bancarias a las que se les debían los préstamos, tarjetas de crédito y avales, con los correspondientes intereses, por lo que rápidamente nos pusimos a trabajar en el caso».
Y tras unos cuatro meses «de muchos nervios», matiza el hombre, llegó la esperada noticia en la cual el titular del Juzgado Mercantil número 1 de Lleida perdonaba al vecino de Agramunt una deuda de 58.405,11 euros. «Cuando me llamaron desde Bergadà Asociados para comunicármelo me emocioné. He de reconocer que me ha costado asimilarlo y que todavía me quedan algunas secuelas psicológicas, como por ejemplo el no poder dormir bien. Pero ahora veo el futuro con mayor optimismo, ya que no tengo las preocupaciones de hace unos meses», concluye.
Por su parte, Marta Bergadà comenta que «este caso nos sorprendió en el sentido que durante años no se le hubiera comunicado a nuestro cliente las deudas que tenía, lo que provocó que los intereses se fueran multiplicando. No obstante, al tratarse de un deudor de buena fe la Ley de la Segunda Oportunidad se ha vuelto a mostrar efectiva, permitiéndole que pueda tener un futuro esperanzador«.