¿No te gusta tu trabajo? Puede ocurrir que te resulte aburrido, que no sea lo que estudiaste, o porque te sientes algo humillado ya que crees que te mereces un trabajo mejor. O quizás, no te gusta tu jefe o no aprecias a tus compañeros de trabajo.Si eres una de estas personas y estás viendo una situación similar, te daremos consejos de cómo transformar tu trabajo en tu pasión.
Habla con tu jefe.
Si realmente no te gusta tu trabajo, siempre puedes hablar con tu jefe para solicitarle que aplique algunos cambios. Puede ser desde las tareas que desempeñas, hasta el puesto en sí. Lo importante es que le dejes ver a tu jefe que tú serías mucho más útil cumpliendo otras funciones. Demuéstrale que realmente tienes interés en la empresa, y que por eso reconoces que puedes generar más valor desde otro papel.
Emprende.
Y bueno, había que decirlo: es la alternativa que más miedo genera, pero nunca hay que descartar la posibilidad de dejar el trabajo que no nos gusta y aventurase en un nuevo emprendimiento. Es la opción más riesgosa para transformar tu trabajo en tu pasión, ya que nos priva del cheque seguro a fin de mes. La buena noticia es que vas a dedicarte a aquello que realmente te gusta, por lo que es más probable que realices un buen trabajo.
También está la alternativa -más realista- de comenzar lentamente con el emprendimiento mientras mantenemos nuestro trabajo. Siempre puedes comenzar a validar tus ideas, empezando a preguntar a distintos grupos de personas acerca de las ideas que tienes, de modo de ir estudiando si se trata de algo viable como negocio. Aprovecha las herramientas que publicamos en este Blog, así como también los cursos que te ayudarán en tu emprendimiento.
Trabaja freelance.
En la misma línea de emprender, existe la posibilidad de desempeñar alguna tarea de forma independiente. Esto tiene la gran ventaja de que puedes dedicarte a aquello que realmente te apasiona. ¿Te gusta el diseño? ¿Te gusta escribir? ¿Te gusta programar sitios web? Por suerte, tienes opciones para desempeñar esas tareas.
Pero seamos realistas, muchos no van a estar dispuestos a dejar sus puestos de trabajo. O bien tenemos una familia que mantener, o ya tenemos muchos beneficios por antigüedad en una empresa, y que no estamos dispuestos a abandonar. También existen formas de mejorar nuestra percepción del trabajo, sin necesidad de realizar cambios tan drásticos:
Actitud.
Lo primero que deberás hacer cuando despiertes en las mañanas es visualizar las cosas buenas que tu empleo te da. Una de ellas es que tienes un trabajo que ayuda a pagar tus deudas, te brinda un salario que se acomoda a tus necesidades, y un trabajo que te da seguridad. Podría ser el peor trabajo del mundo, pero ninguno es tan malo como parece. Recuerda que hay muchas personas que desean un empleo y no pueden obtenerlo. Tener buena actitud con tu trabajo ya es un primer paso.
En el post 5 claves para tener éxito en el puesto de trabajo encontrarás más recomendaciones para mejorar tu posición.
Personas.
Uno de los principales factores que determina si una persona se siente bien en su trabajo o no es las personas con que trabaja. Tener buen trabajo en equipo es un factor muy importante que te ayudará en el proceso de disfrutar lo que haces. Dejar a un lado los malos entendidos y dedicarte a lo que tienes que hacer, y terminar tu jornada laboral es lo único en que te deberías enfocar. Al mismo tiempo, procura mantener buenas relaciones con las personas que trabajan contigo.
Metas.
Muchos expertos recomiendan que te pongas metas cortas y fáciles, así empezaras con pasos pequeños pero eficaces. Todos son capaces de ejercer una labor que quizás no sea de su agrado, pero no hay trabajo feo ni difícil, simplemente no cierres tu mente, ni la posibilidad de demostrarte que eres capaz de hacerlo. Al ir cumpliendo metas, naturalmente te sentirás mejor acerca de tu trabajo y, a la larga, cumplir con metas nos hace sentir más realizados y felices. cualquier trabajo, por más aburrido que sea, va a mejorar si tienes motivaciones.
Entonces, si no te gusta tu actual trabajo, básicamente tienes dos alternativas: tomar el riesgo de un cambio drástico, en el que cambies incertidumbre por hacer aquello que realmente amas y que es tu pasión o, por otro lado, hacer lo posible por mejorar las condiciones en tu actual trabajo. La decisión la tomas tú, pero lo único que te voy a decir es: !La vida es muy corta como para hacer aquello que no nos apasiona!