No pudo hacer frente a los préstamos que tenían y cometieron el error de pedir otros con intereses abusivos para intentar pagar los primeros
El Juzgado Mercantil número 3 de Pontevedra, ubicado en Vigo, ha perdona una deuda de 30.365,75 euros a una familia de la citada localidad, T. F. R. S. y D. M. G. I., la cual se vio afectada de manera directa por la crisis generada por la pandemia del coronavirus al perder el hombre su trabajo y no poder hacer frente a los préstamos que había solicitado previamente. De este modo, cabe señalar que la jueza exonera del pasivo insatisfecho a los clientes de Bergadà Asociados, despacho especializado en Derecho concursal, al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad.
En cuanto a los hechos, el marido ha dedicado gran parte de su vida laboral a la realización de tareas de montajes industriales y el mantenimiento con maquinaria pesa, trabajando por cuenta ajena. De hecho, en enero de 2020 empezó un nuevo trabajo en Toulouse (Francia), a través de una empresa española, ya que las condiciones laborales y salariales eran mejor que en España.
Fue en marzo cuando se empezó a gestar el Estado de Alarma por el Covid-19 y el cierre de fronteras. Finalmente, todos los trabajadores españoles tuvieron que regresar al territorio nacional, por lo que T. F. R. S. perdió su empleo. «En ese momento también me quedé sin cobrar el paro, porque en la empresa anterior me di de baja voluntaria y en la nueva sólo estuve trabajando tres meses, por lo que no hubo el tiempo suficiente para generarlo», recuerda el hombre. Esto provocó que se encontrara con la difícil situación del confinamiento, lo cual, pese a su voluntad, no pudo encontrar un trabajo que se ajustase a su experiencia.
Cabe señalar que antes de encontrarse en dicha situación, la familia, con dos hijos, había solicitado varios préstamos, entre otros motivos, para cambiar el coche, «y los estábamos pagando puntualmente y sin ningún tipo de problema», comenta el cliente de Bergadà Asociados.
Con la perdida de trabajo «pudimos negociar un aplazamiento, pero posteriormente no se nos permitió reunificar los préstamos para tener un solo pago. Además, cometimos el error de pedir tarjetas y solicitar otros préstamos para pagar los anteriores. Fue una mala decisión, ya que debido a los intereses las deudas fueron cada vez mayores, llegándose a multiplicar por tres, y era imposible asumirlas».
Asimismo, también indica que «al no encontrar trabajo, porque tampoco se podía ir a las entrevistas de trabajo, tomamos la decisión de que lo más importante era poder comer, sobre todo nuestros hijos, y pagar el alquiler del piso en el que vivimos. Fue duro, porque nos hemos tenido que ajustar muchísimo el cinturón e, incluso, vender cosas que consideramos que no eran necesarias como el coche. Han sido tres años muy difíciles y restrictivos para nosotros», añade el home.
Además, hace un año fue intervenido quirúrgicamente de la rodilla al parecer artrosis por lo que «actualmente tengo una incapacidad permanente y esto también hace que los ingresos sean muy inferiores a los que estábamos acostumbrados antes de esta situación», puntualiza.
En el 2021 la familia conoció la Ley de la Segunda Oportunidad a través de un despacho que se publicita en televisión, pero no salió como se esperaba, «ya que al inicio hubo una comunicación fluida, pero entrados en el 2022 todo cambió, porque sólo nos podíamos comunicar por correo electrónico o por una aplicación que tienen y nunca recibíamos respuesta. Y cuando te encuentras en una situación así tan solo pides asesoramiento y que te expliquen cómo va todo».
La gota que colmó el vaso fue «cuando un día llamé a los juzgado de Vigo para saber cómo estaba mi expediente y me dijeron que aún estaba pendiente de subsanación por parte de mis abogados. Contacte con ellos después de muchos intentos y me dijeron que tuviera paciencia, pero no podíamos más».
De este modo, a finales del año pasado el hombre se puso a buscar por Internet y dio con el Foro de la Ley de la Segunda Oportunidad de Facebook que lleva Marta Bergadà, abogada y socia fundadora de Bergadà Asociados. «Le hicimos una consulta y rápidamente nos respondió que le enviáramos la documentación para ver qué se podía hacer. Posteriormente, consultó el expediente en los juzgados y comprobó que los plazos que tenían los abogados habían finalizado, algo que nos dejó sorprendidos». De hecho, Bergadà expone que «es sorprendente que haya algunas personas que se muestren tan insensibles con las que lo están pasando realmente mal».
Por esta razón, el matrimonio decidió cambiar de abogado y contratar los servicios de Bergadà Asociados. «Perdimos el dinero que habíamos entregado al otro despacho, una cantidad importante y que nos hubiera ido muy bien para cubrir determinados gastos, pero decimos empezar de cero porque la situación era insostenible«, remarca. Incluso, Bergadà recuerda que «estaban en un momento límite y de desamparo».
Fue entonces cuando se inició el procedimiento y a mediados del mes de octubre recibían la noticia que la jueza había exonerado del pasivo insatisfecho a la pareja gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad. «Le estaremos eternamente agradecidos a Marta Bergadà y a su equipo por todo lo que han hecho por nosotros, porque siempre han estado muy atentos y pendientes», comenta el hombre.
Además, comenta que «el día que me llamaron para darme la noticia estaba en un curso, porque estoy ampliando mi formación, y no me lo podía creer. Cuando se lo dije a mi mujer tampoco se lo creía. Esta situación nos había provocado mucho sufrimiento e, incluso, nos ha quitado años de vida. Era como estar en un pozo sin fondo, porque la deuda nunca se acababa, debido a los elevados intereses y a las llamadas y acoso contante que hemos recibido durante tres años por parte del banco, llegando a acosarnos a nuestro piso un acreedor para que le pagáramos».
No obstante, señala que «ahora la situación ha cambiado y también hemos aprendido de los errores cometidos. Nos hemos quitado la carga de las deudas y ahora respiramos mucho más aliviados, sabiendo que nuestros hijos pueden comer cada día y podemos hacer frente al alquiler de nuestra vivienda sin sufrimiento«.
Por su parte, Marta Bergadà reflexiona que «los abogados tenemos la misión de dar a conocer la Ley de la Segunda Oportunidad y, a su vez, estar al lado de nuestros clientes, asesorándoles de la manera más correcta e informándoles de cada paso del procedimiento. Su confianza en fundamental para que todo salga bien».