El hombre tenía sus capacidades mermadas por el tratamiento de una enfermedad y las realizaba sin que su familia tuviera conocimiento
El Juzgado de Primera Instancia número 6 (mercantil) de Lleida ha perdonado una deuda de 31.838,20 euros a una vecina de Tàrrega, F. M. C., de 78 años, la cual se vio en una situación de insolvencia tras fallecer su marido, el cual tenía las capacidades mermadas por el tratamiento contra el cáncer que estaba padeciendo, pero hacía compras compulsivas y sin que su familia tuviera conocimiento de la situación, diciéndole a su mujer que apenas había costes. Así, el juez aplica a la Ley de la Segunda Oportunidad a la clienta de Bergadà Asociados y la exonera del pasivo insatisfecho.
En cuanto a los hechos, el matrimonio siempre había tenido una situación económica estable, «luchando con trabajo y esfuerzo para que así fuera», explica la mujer. De hecho, la socia fundadora de Bergadà Asociados y abogada que ha llevado este caso, Marta Bergadà, la define como «una persona conversadora en el ámbito económico».
En los últimos años de vida del marido, el cual falleció en abril de 2022, concretamente desde el año 2018, la familia se percató de cómo las pensiones daban menos de sí y el matrimonio empezaba a ir un poco ahogado económicamente. Pese a extrañarse por esta situación, la mujer no pudo predecir nada, ya que el control de todas las cuentas y de la economía familiar era llevada en exclusiva por su esposo. «Obtuvimos respuestas a la delicada situación que estábamos viviendo cuando falleció mi marido», recuerda.
Así, la familia constató que, pese a morir de vejez a los 84 años, el hombre tenía sus capacidades mermadas debido al tratamiento contra el cáncer al que se había sometido. A ello se le achacó que realizara compras compulsivas para elementos de la vida cotidiana que no eran necesarios, pero era convencido mediante llamadas comerciales de su utilidad, anuncios en televisión, reuniones en hoteles y restaurantes, y visitas a domicilio. «Se provechaban de su vulnerabilidad«, manifiesta su hija
Además, «la mayoría de ellas las realizó a nombre de su esposa, sin tener una autorización expresa de ésta en algunas ocasiones y otras le decía que se trataba de una pequeña cantidad, de entre 100 y 150 euros sin saber que también había intereses abusivos y numerosas cuotas«, remarca su hija. Entre otros compró colchones, baterías de cocina, edredones, una depuradora de aire, pulseras con imanes que supuestamente quitaban el dolor, así como piedras similares, entre otros objetos.
«Llegamos a la conclusión que no era consciente de lo que estaba haciendo, porque cuando le decía a mi madre que había comprado algo y ella le manifestaba que no hacía falta, le expresaba que ya lo aprovecharíamos los hijos, pero nos lo ocultaron por miedo a que nos enfadáramos», expresa la hija.
De este modo, el desconocimiento de la mujer sobre la deuda que se estaba generando era total «y cuando enviudé me enteré por las repetitivas reclamaciones de las empresas acreedoras, ya que un mes después que fallecer mi marido decidí devolver los recibos porqué en el momento de cobrar mi pensión me quedé sin ella en la cuenta corriente«. Y es que, la deuda superaba ya los 31.000 euros, con intereses que llegaban al 26%.
Todo ello le provocó que quedará muy afectada por la sorpresa y, todavía más, por tener que lidiar con el acoso incesante de todas las entidades con las que su esposo había financiado las compras. Además, le era imposible afrontar el importe alcanzado con la pensión que percibe, de 850 euros entre la de jubilación y la de viudedad, lo que se acabó traduciendo en una situación de insolvencia.
Fue en junio del año pasado cuando todo empezó a cambiar. Su hija comenta que «teníamos que hacer algo, porque era una situación insostenible. Yo estaba trabajando y por la radio escuché una noticia en la cual se explicaba que Bergadà Asociados había logrado que se perdonara una deuda mediante la Ley de la Segunda Oportunidad, una ley que desconocíamos. Así pues, lo hablé con mi madre, mi marido, mi hermano y mi cuñada y nos pusimos en contacto con Marta Bergadà y su equipo para exponerles el caso, que lo analizaran y vieran si era posible ese perdón de deudas«.
De este modo, Bergadà Asociados estudió el caso e inició el procedimiento. «Estaban muy agobiados por todo lo que estaban viviendo», recuerda Marta Bergadà. Por su parte, la mujer añade que «lo dejamos todo en sus manos y fue una gran decisión, ya que el trato en todo momento ha sido muy personal y cualquier duda e incerteza que teníamos nos la resolvían al momento».
La gran noticia llegó recientemente cuando el juez emitió el auto mediante el cual exoneraba del pasivo insatisfecho a la mujer gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad. «Cuando nos llamaron del despacho y nos lo dijeron fue un momento que difícilmente olvidaremos. Lloramos y no nos lo creíamos, debido a lo vivido», comenta la hija, mientras que su madre señala que «por primera vez en dos años aquella noche pude dormir tranquila. Bergadà Asociados tiene un equipo de 10, tanto como personas como profesionales, y les estamos muy agradecidos por todo lo que han hecho».
Finalmente, Marta Bergadà expone que «es una realidad que hay empresas que se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas mayores para convencerlas y venderles productos a cuotas con intereses abusivos. Esto está generando que haya familias que se encuentren con sorpresas de deudas de las cuales no tenían conocimiento. En estos casos, los abogados, además de realizar el procedimiento, también tenemos que estar junto a ellas, ya que son momentos difíciles y necesitan mucho apoyo».