Los clientes dejaron de pagarle y los bienes de la empresa fueron subastados, pero no fue suficiente
El Juzgado Mercantil número 1 de Lleida ha perdonado una deuda de 260.469,94 euros a un empresario leridano cuya situación de insolvencia se originó al tener que cerrar su negocio de comercialización de pinturas para automóviles por la crisis de 2008. De este modo, el juez aplica al cliente de Bergadà Abogados la Ley de la Segunda Oportunidad y, por lo tanto, le exonera del pasivo insatisfecho.
En cuanto a los hechos, cabe remontarse al año 1993 cuando el hombre inició un negocio dedicado a la comercialización de pinturas para automóviles. Tras años de actividad y esfuerzo dedicados al desarrollo de su negocio, éste se vio afectado por la crisis económica de 2008, ya que la demanda de trabajo por parte de los clientes disminuyó y algunos dejaron de pagarle. A raíz de eso, no pudo afrontar las deudas que había contraído previamente con proveedores y acreedores. De hecho, avaló las obligaciones adquiridas e, incluso, a título personal firmó reconocimientos de deuda con algunos de ellos.
De este modo, y tras años de sufrimiento a consecuencia de esa situación financiera, en el año 2012 se vio obligado a cerrar el negocio. «La abogada que teníamos en ese momento me dijo que no hiciera una suspensión de pagos porque al haber avales de poco serviría. Además, liquidé mi deuda con los trabajadores que tenía, Hacienda y Seguridad Social. También intenté llegar a acuerdos con los proveedores y la mayoría los aceptaron, pero unos pocos no», comenta el hombre.
Asimismo, los bienes de la sociedad fueron subastados, mediante ejecución hipotecaria, pero no se pudo cubrir toda la deuda, por lo que, al estar avalada por el hombre, y que posteriormente ésta fue cedida a un fondo, el restante pendiente se le exigió. Tras el cierre de su negocio, buscó empleo en diversas empresas del sector, hasta que en 2016 encontró trabajo empleo por cuenta ajena. No obstante, en julio 2022 fue despedido por causas de la pandemia y ello le ocasionó una reducción de sus ingresos todavía más drástica.
Por todo ello, se vio inmerso en una situación en la que no pudo hacer frente a los impagos acumulados. Incluso, también recuerda que «durante años he sufrido las llamadas incesantes y diarias, con amenazas incluidas, por parte del fondo que se quedó la deuda. Era una pesadilla, puesto que, aunque bloqueaba el número desde el cual me llamaban, lo hacían desde otros. También llamaban a mi mujer preguntando por mi», añade el hombre.
Por su parte, la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Abogados, Marta Bergadà, manifiesta que «, tal y como explicamos recientemente en un artículo publicado en nuestro blog, esta práctica no sólo es éticamente cuestionable, sino que también infringe leyes de protección de datos y privacidad«.
No obstante, todo empezó a cambiar el pasado mes de marzo, cuando contactó por primera vez con Bergadà Abogados. En este sentido, el hombre comenta que «ya en el año 2015 mi gestor me dijo que existía la Ley de la Segunda Oportunidad y que con ella se me podrían perdonar las deudas si cumplía los requisitos establecidos. Por ello, me recomendó que me pusiera en contacto con Marta Bergadà y su equipo, ya que los conocía y habían logrado exoneraciones del pasivo insatisfecho. Pero pensé que podía liquidarlas poco a poco, aunque no fue así. Este año, pensando en la jubilación me di cuenta que tenía que hacer un nuevo planteamiento y buscar una solución, por lo que me puse en contacto con Bergadà Abogados«.
Por su parte, Bergadà expone que «en aquella en aquella primera reunión vimos que se trataba de un deudor de buena fe y, por lo tanto, podía acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad. Además, estaba en una situación límite, por lo que tenía que encontrar una solución y esta ley lo era». Así pues, se inició todo el procedimiento.
La buena noticia llegó recientemente, cuando el magistrado del Juzgado Mercantil número 1 de Lleida perdonaba una deuda de 260.469,94 euros al empresario leridano gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad. «Fue todo muy rápido. Además, yo tenía asumido que estaba en una situación de insolvencia y que había tomado una buena decisión de acogerme a esta ley«, expone. Por esta razón, «la llamada de Bergadà Abogados para comunicarme la exoneración del pasivo insatisfecho supuso un alivio y un gran descanso. He cotizado 48 años y ahora que me he podido jubilar podré disfrutar con mi mujer de la jubilación sin que nadie nos moleste. Volvemos a vivir«, concluye.
Por otro lado, Marta Bergadà indica que «son muchos los empresarios que, a día de hoy, siguen arrastrando deudas originadas durante la crisis de 2008. Éste es un claro ejemplo. Por eso, nuevamente les queremos recordar que siendo deudores de buena fe pueden acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad y, así, pasar página sin tener que cargar más con la pesada mochila de las deudas«.