Toca hablar alto y claro de uno de los temas que más preocupa a nuestra sociedad. No comprendo por qué este tema tan serio, tiene tan poca relevancia, hasta el momento que nos toca en piel propia.
Parece ser que algunos gobernantes están de acuerdo con la reciente y cada vez más numerosa cultura de apropiarse de lo ajeno.
Cierto que el tema de la vivienda está mal, muy mal, si se me permite; y cierto que las políticas actuales hacen bien poco para solucionar esta situación.
La vivienda es un derecho de todos. Tener una vivienda digna es lo mínimo que debe tener una persona para poder precisamente vivir con dignidad.
Hasta este punto, estaréis de acuerdo conmigo.
¿Qué sucede cuando tienes una vivienda en propiedad, sea vivienda principal o segunda residencia, y te encuentras después de unos días de vacaciones okupas dentro de ella?
[Tweet «Parece ser que los ladrones ya no se llevan la exclusiva del miedo en las viviendas, sino que este nuevo fenómeno de los okupas, les está haciendo la competencia.»]
Cuando una persona cuenta con la propiedad una vivienda, es porqué se ha esforzado en ahorrar un dinero, o la ha heredado de quién se esforzó, por lo que nadie tienen derecho a usarla sin el consentimiento del dueño.
Hasta ahora parecía que los derechos humanos primaba sobre todo, y todos estábamos de acuerdo; sin embargo nos hemos dado cuenta que [Tweet «no tan sólo son los derechos lo que debe prevalecer, sino también las obligaciones de cada uno.»]
¿Qué ocurre con alguien que sólo tiene derechos, o los adquiere sin esfuerzo alguno?
Pues ocurre que cada vez se cree más dueño de ellos, y cada vez exige más derechos, y menos obligaciones.
Cierto, también que hay personas en el umbral de la pobreza, que por causas ajenas a su voluntad se han visto hundidas en ella y desprotegidas socialmente, pero en este caso, debemos tener en cuenta que tanto los trabajadores por cuenta propia como los por cuenta ajena, pagamos nuestros impuestos para que esto no suceda. Es una gran irresponsabilidad de los gobernantes no saber cómo repartir los ingresos que provienen del esfuerzo de todos.
Bueno … tampoco voy a ser tajante; hay ocasiones en los que se administran bien, pero en algunas ocasiones van a parar a bolsillos corruptos.
Volviendo al tema de los okupas, y prescindiendo de las personas para las que realmente es imprescindible okupar alguna vivienda ( que personalmente ni de este modo personalmente lo apruebo), existe un mercado escondido tras ello.
Se trata de la venta de llaves de pisos de patada. Así se le llama a este nuevo negocio de los desaprensivos y maleantes que se dedican a okupar viviendas ajenas, y luego «venden la llave» a personas necesitadas, por un importe dinerario.
Si nuestro sistema jurídico protege a los okupas, poca cosa podemos hacer. Si se encuentra su vivienda okupada, sólo puede denunciarlo, y poner una demanda judicial. Los juzgados están hasta arriba de trabajo, y puede que para que ejecuten la orden de desocupación, pasen meses incluso años.
Mientras tanto el propietario deberá hacerse cargo de los impuestos de esa vivienda, y además correr con el riesgo de que los okupas se «enganchen» literalmente a la luz general y al agua, con lo que las compañías pueden multarle a usted de fraude.
Existen compañías que viendo la gran problemática que representan los okupas, también están haciendo su agosto; les venden los servicios de desokupación, y los de control de sus propiedades. Ello tiene un coste elevado, pero al menos podría llagarse a resolver el problema en menos tiempo.
Si tiene la suerte de que por fin, pueda lograr que los okupas desalojen su propiedad, tenga en cuenta que el estado en el que va a encontrar su vivienda va a ser desastroso. En algunas ocasiones no encontrará ni los muebles de la cocina, ni las piezas del baño.
Si está pensando salir de vacaciones, debe tener en cuenta estos consejos, para no encontrarse con okupas dentro de su vivienda al regreso de su merecido descanso.
1.- Contrate una alarma, con conexión a central. Puede salirle un poco caro, pero es un medio muy eficaz para que usted tenga constancia desde el primer momento del intento de la okupación de su vivienda.
2.-Avise a sus vecinos, que no va a estar en casa en un periodo, y si tiene amistad con ellos, pídales que entren en la casa una vez al día para levantar persianas y abrir luces. Los vecinos serán los primeros interesados en controlar el acceso ilegal a su vivienda, pues de ser así, se encontrarán con vecinos poco agradables.
3.-Deje alguna luz abierta, y la radio funcionando. Ello hará creer a los okupas que usted está en la vivienda y los desalentará de entrar.
4.-Nunca, y enfatizo, NUNCA, comparta en las redes sociales su intención de salir de viaje, pues es imposible calcular las personas que podrían aprovecharse de ello.
Es lastimoso que los políticos no echen mano dura a esta situación, y además que proliferen algunos partidos políticos que aboguen en pro de la okupación de lo ajeno. A más de uno nos gustaría ver su reacción en el caso de que los okupas accedan a las viviendas de ellos, o a l de sus familias.
En nuestro grupo de Facebook de Educación Financiera para todos se propuso el tema y se debatió plenamente. Si le interesa puede acceder a través de este enlace.
Es importante que comparta este post, para evitar a quién pueda leerlo perjuicios personales y económicos.