La mujer, junto a su marido, había solicitado varios créditos para salvar su negocio de fruticultura y ahora ha sido exonerada gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad
El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Huesca perdonó recientemente una deuda de 499.331,91 euros que había acumulado a una aragonesa, R. M. L. A., al aplicar la Ley de Segunda Oportunidad. Precisamente, en el Auto con fecha del pasado 26 de septiembre, el magistrado concede la exoneración general y definitiva del pasivo insatisfecho a la clienta de Bergadà Asociados, despacho especializado en derecho concursal y en la Ley de la Segunda Oportunidad, «quedando a salvo los derechos de los acreedores frente a los obligados solidariamente con los concursados y frente a su fiadores o avalistas». Así mismo, la exoneración alcanza la totalidad de los créditos que no habían sido liquidados.
En cuanto a los hechos, R. M. L. A. dirigía junto a su marido una empresa dedicada a la fruticultura y lo que les empujó a crear la sociedad fue contratar un préstamo con el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), con el objetivo de promover una patente que se basaba en el riego hidropónico adaptado a cultivos arbóreos, «pero por diversos factores no llegó a buen fin», señalan desde Bergadà Asociados. De hecho, la sociedad agrícola estaba avalada personalmente por el matrimonio. A ello, hubo que sumar las inclemencias meteorológicas que afectaron de manera directa y negativa en la recolección de la fruta, azotada por los cambios de clima y los temporales adversos.
Dada esta situación, y ante la previsión de no poder asumir la elevada deuda que se había generado al intentar salvar el negocio, «y con la mirada puesta en resurgir y no tirar por la borda el trabajo de toda una vida», decidieron contactar con Bergadà Asociados y solicitar un concurso de acreedores para tener una segunda oportunidad. Desde el despacho señalan que «gracias a la Ley de Segunda Oportunidad R. M. L. A. y su marido pueden mirar hacia el futuro sin la pesada carga de la deuda que tenían y que se había convertido en una auténtica pesadilla».