La pandemia del coronavirus pasó factura en el establecimiento, ya que estuvo cerrado durante largos periodos de tiempo y perdió clientes
El Juzgado Mercantil número 11 de Barcelona ha perdonado una deuda de 90.502 euros a un vecino de Tordera que se vio inmerso en una situación de insolvencia tras no serle renovada la póliza de crédito que tenía de su cafetería, la cual además, su banco había convertido en un ICO durante la pandemia del coronavirus. En este sentido, el juez exonera del pasivo insatisfecho al cliente de Bergadà Abogados, despacho especializado en Derecho concursal, gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad.
En cuanto a los hechos, estos tienen su origen en las consecuencias de la grave crisis pandémica sufrida desde el año 2020. El negocio familiar, concretamente una cafetería de la que el hombre era el gerente, tuvo que permanecer largos periodos cerrado al público y, posteriormente, estuvo sometido a grandes restricciones, lo que derivó en una grave situación económica y financiera. En este sentido, el hombre recuerda que «el Covid-19 fue el detonante de toda la situación que durante los años siguientes fui arrastrando, ya que nos afectó mucho y de la noche a la mañana tuvimos que cerrar durante meses por las restricciones, lo que también provocó la pérdida de clientes«.
A su vez, al no poder generar ingresos, no pudo hacer frente a los compromisos de pago y ello derivó en incumplimientos. Por esta razón, recurrió a una póliza de crédito y líneas de financiación «que cada vez se fueron haciendo más grandes». Además, el hombre también explica durante la pandemia dicha póliza fue transformada por su entidad bancaria en un préstamo ICO, «pero en el año 2022 venció y no quisieron renovármelo. Fue ahí cuando ya surgieron todos los problemas y los males de cabeza que se han ido arrastrando».
Por su parte, la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Abogados, Marta Bergadà, comenta que «la hostelería fue uno de los sectores más castigados por la pandemia del coronavirus debido a las duras restricciones que se impusieron. Muestra de ello es que numerosos empresarios que hasta esa fecha no había tenido problemas financieros se vieron inmersos en una situación de insolvencia«.
Durante meses el núcleo familiar pasó a depender tan sólo de los ingresos de la que por aquel entonces era su mujer, por lo que recurrieron a la ayuda económica de familiares y de distintas entidades de crédito. Cabe decir que hasta finales del año pasado tan sólo pudo hacer frente al pago de las cuotas de los préstamos personales y tarjetas solicitadas para afrontar a los gastos diario de la familia y el mantenimiento del negocio.
Además, toda esa situación conllevó un gran estrés y acabó pasando factura a la familia, ya que «mi mujer y yo nos hemos acabado separando. El pasarlo mal por las deudas nos afectó directamente en la relación de pareja. Por eso, han sido dos años realmente malos», lamenta.
Fue en octubre del año pasado cuando un amigo, al exponerle todo por lo que estaba pasando, le recomendó que se pusiera en contacto con Bergadà Abogados, ya que Marta Bergadà y su equipo habían llevado su caso y habían logrado que se le perdonara una importante deuda. «Un día estuvimos hablando y al verme tan mal me dijo que no me lo pensara más y me pusiera en contacto con Bergadà Abogados, ya que su procedimiento se había solucionado favorablemente gracias al trabajo que habían hecho». Así, se puso en contacto con el despacho especializado en Derecho concursal y se estableció una primera reunión.
Por su parte, Marta Bergadà explica que «estaba en una situación límite, tanto por la insolvencia como por lo que había provocado ésta. Al exponernos su caso y aportar toda la documentación que le pedimos vimos que se trataba de un deudor de buena fe, una premisa clave para poderse acoger a la Ley de la Segunda Oportunidad, por lo que se inició el correspondiente procedimiento«. Además, el cliente de Bergadà Abogados también recuerda que «desde el primer momento en el que hablamos dejé de sentirme tan agobiado por las deudas«.
La buena noticia llegó recientemente, cuando el titular del Juzgado Mercantil número 11 de Barcelona emitía el auto mediante el cual se le exoneraba al vecino de Tordera una deuda de 90.502 euros gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad. «Cuando me llamaron de Bergadà Abogados me sentí muy aliviado, pero también he de reconocer que a raíz de esa situación de insolvencia he perdido muchísimo, ya que hay cosas que no podré recuperar. No obstante, ahora podré comenzar de cero y sin tener que pensar constantemente en las deudas que tenía».
Finalmente, Marta Bergadà concluye diciendo que «muchos empresarios se ponen contacto con nuestro despacho para exponernos su situación de insolvencia y una gran parte de ellos coinciden en que su endeudamiento se originó durante la pandemia del coronavirus, que tanto daño hizo a la sociedad. Nuevamente, tenemos que recordar que siendo deudores de buena fe la Ley de la Segunda Oportunidad es perfecta para dejar ese oscuro pasado atrás y ver el futuro con mucho más optimismo«.