Había abierto dos meses antes de declararse la pandemia y no pudo hacer frente a los préstamos solicitados por la falta de clientes
El Juzgado Mercantil número 3 de Bilbao ha perdonado una deuda de 518.368,95 euros a un matrimonio, vecino de dicha ciudad, cuya situación de insolvencia vino derivada del cierre de un centro de estética que regentaba la mujer por la crisis que se originó con la pandemia del Covid-19. De este modo, el juez exonera del pasivo insatisfecho a la pareja, clienta de Bergadà Asociados, despacho especializado en Derecho concursal, al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad.
En cuanto a los hechos, en enero de 2020 la pareja abrió las puertas de un centro de estética, lo que supuso un desembolso económico importante en cuanto a alquiler del local, compra de maquinaria, etcétera. Pero todo cambio al cabo de dos meses cuando se declaró la pandemia del coronavirus. «La gente no podía salir a la calle y nos quedamos sin clientes. Paralelamente, teníamos que hacer frente a los préstamos que habíamos solicitado para adquirir las máquinas y al alquiler del local, ya que el dueño no nos quiso renegociar las rentas de alquiler», explica el hombre.
Por su parte, la socia fundadora de Bergadà Asociados y abogada que ha llevado el caso, Marta Bergadà, manifiesta que «cabe decir que el matrimonio es uno de los muchos afectados por la crisis del Covid-19«. Muestra de ello es que, ante la incertidumbre, y con la esperanza de que la situación volviese a la normalidad, la mujer siguió con el funcionamiento del local pese a no poder abrir durante meses por la pandemia. «Por ello, empezamos a pedir préstamos pequeños y rápidos, así como tarjetas, sin darnos cuenta que los intereses eran abusivos«, puntualiza el hombre.
De este modo, y debido a la pandemia, se produjo una caída drástica de clientes, por lo que la pareja cerró el negocio en enero del año pasado por la falta de ingresos y no agravar la situación de insolvencia. «Íbamos tirando como podíamos. Incluso pusimos en venta nuestro piso, pero nadie nos pagaba lo que pedíamos, y también pensamos en reunificar las deudas», comenta el cliente de Bergadà Asociados. De hecho, antes de esa circunstancia el matrimonio tenía una situación económica tranquila, la cual, incluso, les permitió ayudar con afianzamientos a familiares en la adquisición de su vivienda habitual.
Tras el cierre del local quedaron préstamos pendientes por abonar. El matrimonio hizo un gran esfuerzo por hacer frente a las obligaciones de pago, pero tan sólo contaba con el sueldo del hombre. Por ello, no pudo seguir haciendo frente a las cuotas de los mismos, ya que el sustento familiar cada vez era más difícil de costear, porque su hija estaba cursando estudios universitarios y la madre de la mujer también estaba a su cargo, sin olvidar las cuotas de la hipoteca del piso donde residen. «Intentábamos ponernos al día con los atrasos de las cuotas, ya que por ejemplo el dinero que nos dieron de la venta de las máquinas lo destinamos íntegramente a pagar deudas, del mismo modo que el dinero que nos dejó un familiar, pero a los pocos meses volvíamos a estar en una situación similar», lamenta el home.
De este modo, tras verse abrumados por las deudas, y sin poder hacer frente a las mismas, la situación acabó desencadenando una situación económica delicada y un daño moral en el entorno familiar.»La pareja estaba en una situación muy complicada, ya que la mochila de las deudas era importante», puntualiza Marta Bergadà.
Fue en junio del año pasado cuando el hombre escuchó por primera vez la existencia de la Ley de la Segunda Oportunidad y que con ella se podían perdonar deudas si se era deudor de buena fe. «Empecé a buscar despachos de abogados que se dedicaran a ello. Primero contacte con uno que se anunciaba por televisión el cual, sin conocer mi caso ni mostrar un mínimo de interés por él, me enviaron un contrato para firmar con las cantidades que les tenía que abonar. Eso no me gustó y decidí buscar en Bilbao, pero de todos los que contacté tan sólo me respondió uno y lo hizo al cabo de mucho tiempo», comenta el hombre.
Fue en noviembre de 2022 cuando conoció a Marta Bergadà. «De casualidad, buscando más información por Internet entré un foro donde Marta Bergadà respondía a todas las cuestiones que se le planteaban. Después vi que también dirigía otro foro en Facebook sobre la Ley de la Segunda Oportunidad. Indagué sobre ella un poco más, porque vi que lo que decía estaba muy bien y que ayudaba a todo el mundo, y descubrí que tenía un despacho de abogados en Agramunt, en la provincia de Lleida, y que estaba especializado en dicha ley, así que decidí contactar», recuerda.
No obstante, reconoce que, «al inicio, mi mujer era reacia por desconocimiento de la Ley de la Segunda Oportunidad, ya que no se acababa de creer que fuera posible que se perdonaran las deudas. Le dije que no teníamos nada que perder y tras una primera llamada telefónica con Marta Bergadà establecimos una videoconferencia en la que se nos expuso todo lo necesario para iniciar el procedimiento. Debido a la insolvencia, nuestra situación insostenible y estábamos en el límite».
De este modo, a principios del año pasado se iniciaba todo el procedimiento. «Han sido unos meses de mucho nerviosismo e incertidumbre, pero Bergadà Asociados ha hecho una labor fantástica de comunicación, ya que en todo momento se nos informaba de los pasos que se estaban dando para que estuviéramos más tranquilos», indica el hombre. Por su parte, Marta Bergadà añade que «durante todo el procedimiento es muy importante que el cliente se sienta arropado, ya que lo está pasando francamente mal».
La buena noticia llegó hace pocas semanas cuando el magistrado del Juzgado Mercantil número 3 de Bilbao emitía un auto mediante el cual se le perdona al matrimonio la deuda de 518.368,95 euros gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad y ser deudores de buena fe. «Cuando Marta Bergadà nos llamó para decirnos que se nos habían perdonado las deudas nos quedamos sin saber qué decir ni cómo reaccionar. Poco a poco lo hemos ido asimilando por todo lo que hemos sufrido. El equipo de Bergadà Asociados nos ha arreglado la vida y ahora volveremos a la normalidad que tanto ansiábamos», concluye el hombre.
Por su parte, la abogada insiste que «todavía hay empresarios y familias endeudas por los negocios que tuvieron que cerrar por la crisis que se originó por la pandemia del coronavirus. Nunca nos cansaremos de difundir la Ley de la Segunda Oportunidad, ya que, siendo deudores de buena fe, se les pueden perdonar las deudas que tienen y, por lo tanto, volver a respirar».