Ser emprendedor no es un oficio, sino una actitud. El trabajador creativo, que trata de encontrar soluciones novedosas para sus problemas cotidianos, es un emprendedor sin importar las actividades a las que se dedique. Establecer un nuevo negocio es la manera más reconocida de emprender, pero existen alternativas igualmente válidas.
Ser empleado en una compañía no representa, necesariamente, una completa pérdida de la libertad financiera que se desea. El intra-emprendimiento consiste en las actividades de innovación en el interior de la empresa para la que trabaja, buscando el beneficio de ambas partes involucradas.
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En la actualidad, las empresas saben que el estancamiento y la falta de iniciativas de mejora constante terminan por encaminarlas hacia un inminente fracaso financiero. La necesidad de una renovación persistente en todas sus áreas ha favorecido la implementación de un nuevo estilo de negocios en los que motivan a sus empleados a idear, proponer y desarrollar soluciones más eficientes y novedosas.
Esto incluye el perfeccionamiento de los productos o servicios existentes, la creación de otros nuevos y la optimización de procesos. En otras palabras, los empleados tienen la oportunidad de desarrollarse como emprendedores dentro de la organización en la que se encuentran.
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Esto puede ocurrir de diversas formas en una compañía. Algunas, por ejemplo, han creado equipos de innovación, invitando a los empleados que deseen formar parte de ellos. En otros casos, como en Google, los trabajadores disponen de un porcentaje de su jornada laboral para ocuparse en sus propias propuestas. Otras empresas llegan a crear incubadoras internas para la materialización de proyectos, ofreciendo el apoyo y los recursos necesarios para iniciarlos. Incluso las empresas que aceptan ideas y sugerencias, o dan seguimiento a las opiniones de sus empleados, están fomentando un tipo de intra-emprendimiento.
Los intra-emprendedores tienen la oportunidad de desarrollar las mismas aptitudes que un emprendedor, con la ventaja de correr menos riesgos gracias al apoyo de su compañía. Al igual que los emprendedores, ellos aprovechan las oportunidades de negocio cuando se presentan, tienen ambición, se comprometen con sus objetivos y trabajan con perseverancia.
Sus tareas indispensables no cambian, pues será necesario que se creen una red de contactos profesionales, dirijan un equipo de trabajo y contacten con proveedores, colaboradores o clientes, pero pueden efectuar todas estas actividades sin la necesidad de iniciar de cero.
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Por supuesto, el apoyo inicial de la empresa implica que el beneficio obtenido por las innovaciones que usted desarrolle será compartido, pero esto no significa que no pueda obtener un admirable éxito profesional. Al tener un rol más activo como empleado, trabajará más con la empresa que para ella. La compañía se convierte en un solo equipo de trabajo en el que todos sus miembros se apoyan para conseguir un objetivo común.
Un intra-emprendedor es reconocido y premiado por su esfuerzo, y se convierte en líder de sus proyectos. Ellos son recompensados por llegar más allá de lo que probablemente le correspondía por su puesto de trabajo, consiguiendo llegar a lo más alto de sus organizaciones. Cuando se efectúa con esfuerzo y dedicación, el intra-emprendimiento es capaz de proporcionar la misma libertad financiera que su contraparte independiente.