¿Ha escuchado en alguna ocasión esta frase?
[Tweet «Lo que nada cuesta de conseguir, nada cuesta de perder»]
Así es realmente. Si algo se ha conseguido sin esfuerzo ninguno, carece de valor, por lo tanto se esfumará igual que vino, sin esfuerzo ninguno.
Permítame en este post, antes de entrar en el fondo del asunto, citar unos puntos de un par de artículos del Código Civil literalmente, que durante mis estudios de abogacía llamaron mi atención, en relación con la patria potestad y la obligación de los padres con los hijos, y de los hijos con los padres.
Artículo 154
- Deberes y facultades de los padres:
1.- Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral
Artículo 155
- Deberes de los hijos:
1.- Obedecer a los padres mientras se encuentren bajo su patria potestad y respetarlos siempre.
2.- Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras se conviva con ellos.
Parece de pura lógica, y quizás ni tan siquiera sería necesario que existiera en nuestro ordenamiento un articulado que hiciera mención especial a estos puntos, sin embargo, el hecho de querer siempre proporcionar lo mejor a nuestro hijos a veces nos hace un tanto holgados en la manera de interpretar estos principios.
En cuanto a los deberes de los padres en pro de sus hijos, es vital la educación y la formación que podemos darles a nuestros hijos, y por tanto la educación financiera en la adolescencia es uno de los puntos en los que deberíamos de insistir con más fuerza.
Darles una correcta educación financiera en la adolescencia, les dará las armas necesarias para enfrentarse a su futuro económico, y les dará la posibilidad de entender que el dinero no crece de los árboles, sino que para conseguirlo es preciso un esfuerzo, ya que éste llega como consecuencia directa del desarrollo de una actividad, a través de unas metas y de una visualización de un objetivo claro y preciso.
Tengo actualmente hijos adolescentes, y por ello en esta etapa de mi vida, me vuelco en que comprendan las razones de la educación financiera en la adolescencia.
Es obvio, que si sus hijos se encuentran estudiando, no tengan recursos económicos en estos momentos, y usted tenga que sufragar sus gastos, y obvio igual es que por el mero hecho, y valga la redundancia de que ellos se encuentren estudiando, sería irresponsable no mostrarles el esfuerzo económico que usted está realizando, y concienciarles de que no todo vale, ya que volviendo atrás y releyendo el Art. 155 del Código Civil, los hijos están obligados en lo posible al levantamiento de cargas de la familia.
La educación financiera en la adolescencia puede llevarse a cabo fácilmente en el día a día de ellos, mostrándoles como citaba anteriormente el esfuerzo económico que usted está realizando, y evitando por parte de ellos el derroche de dinero en su etapa de formación, así como esforzarse al máximo en conseguir los mejores resultados, para no tener que repetir asignaturas, y volver a pagar matrículas nuevamente.
De igual manera durante los fines de semana, nuestros hijos pueden realizar tareas en casa, o fuera de ella, que les permitan generar unos ingresos propios, o que de igual manera descarguen del peso familiar algunas tareas con los que los padres debemos enfrentarnos a diario.
Se me ocurren infinidad de ellas, como podrían ser tareas domésticas, arreglo de los jardines o de las plantas, limpieza de los vehículos, ocuparse de un hermanito menor, y una de las más educativas y concienciadoras, es la de ayudar a redactar el presupuesto familiar, y llevar el control de sus gastos.
Empezaba el post diciendo que lo que nada cuesta de ganar, nada cuesta en perder, por consiguiente éste pequeño esfuerzo que ellos pueden realizar con la familia, les hará comprender que la educación financiera es una asignatura de máxima importancia en su futuro, que a diferencia de los estudios que estén realizando, deberán de practicarla casi diariamente en sus vidas como adultos.
Si usted les proporciona a sus hijos toda clase de caprichos innecesarios, como la compra de un vehículo nuevo, cuando podría adquirir uno de usado si realmente lo necesita, o el pago de todos sus caprichitos veraniegos sin pedir ningún esfuerzo a cambio, lo que van a entender sus hijos es que usted siempre va a tener la obligación de darles lo que le pidan por el mero hecho de pedirlo, y si usted se encuentra en algún momento delicado económicamente en su vida, ellos no podrán comprenderlo.
La educación financiera en la adolescencia, no debe dejarse en manos de las escuelas, universidades o profesorado, es una tarea que tenemos los padres para con nuestros hijos, y de ello depende que el futuro de éstos vaya encaminado hacia una correcta administración de sus economías propias y familiares.
Si usted está de acuerdo con mis planteamientos, le agradeceré comparta este post, el contenido del cual es necesario, para el sustento de una nueva generación y de una nueva sociedad.
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Hola Marta, acabo de descubrir su blog y me parece muy interesante. Y especialmente este tema de la educación financiera para jóvenes. Yo precisamente a acabó de iniciar mi blog en estos temas en olvidatedetucerditoWordPress.com . Espero con él poder aportar mi granito de arena.
Empezaré a leer sus entradas pasadas y futuras. Ya me he subscrito. Enhorabuena.
Antonio.
Hola Antonio, gracias por tu comentario, y enhorabuena por iniciar algo tan importante en el mundo de la educación financiera.