Este es un muy buen artículo, de una GRAN EDUCADORA FINANCIERA, os lo recomiendo.
Los estudios nos demuestran que desde el momento de la concepción, durante el embarazo y el nacimiento, los niños graban todo lo que ocurre en la cabeza de sus padres, todo lo que piensan, oyen o hacen, todo lo que les interesa y todo lo que les preocupa. Cuando llegan al mundo y por lo menos, desde los seis a los nueve años, los niños van grabando en su inconsciente, todo lo percibido durante la infancia y lo van interpretando como lo “normal” y que sirve para sobrevivir. De adultos, repetirán estos esquemas una y otra vez sin darse cuenta que están automatizados y que hacen de él un organismo casi robot. De ahí la importancia que le demos en esas edades, al concepto de economía propia y familiar.
Los españoles, en general, salvo la clase más acomodada, no tenemos ningún tipo de cultura financiera. Tendemos a repetir los patrones de conducta aprendidos de nuestros padres, para bien y para mal, en muchos casos, para mal, y es difícil aprender a pensar de otra manera. La educación en finanzas en el sistema educativo español actual, se toca en una asignatura, optativa, por cierto, a nivel ya de 4º de la ESO, y no dedicada expresamente a las finanzas, sino a los emprendedores, es la denominada Empresa e Iniciativa Emprendedora. Sería muy deseable comenzar a nivel de primaria a enseñar a los niños a manejar, a su nivel, su propio dinero.
En cualquier caso, todos deberíamos preguntarnos el por qué, a nivel global, estatal, y por supuesto de las entidades bancarias, no existe ningún tipo de interés en fomentar la educación financiera, ni en los niños, ni en los adultos. Siempre resulta mucho más rentable la ignorancia, depende de cada uno de nosotros el no conformarnos, porque, la ignorancia suele tener un coste muy elevado.
Pero está claro que la información financiera es difícil de encontrar y de entender. Es importante que los ciudadanos adquieran conciencia de la necesidad de mejorar su formación financiera. Hay que combatir la idea generalizada de que las finanzas resultan inaccesibles y deben dejarse en manos de los profesionales. Por el contrario, incumben a todos y cada uno de los ciudadanos: la gestión de la economía personal es una responsabilidad para la que es necesario estar preparado.
Si pidiésemos a un grupo de adultos el realizar una lista de las cosas o deseos que quisiera alcanzar u obtener a lo largo de su vida, con toda probabilidad que el dinero o la riqueza no estarían en esa lista, y en el mejor de los casos estarían en último lugar.
La razón es bien sencilla : Desde pequeños se nos enseña a creer que la pobreza es casi una virtud y que definitivamente, no es un objetivo muy decente el querer ser rico.
Toda persona en situación de crisis o escasez (sobre todo en los tiempos que nos toca vivir) tiene este sentimiento de poseer incluso una virtud o cierta benevolencia hacia sí mismo, ligado a la condición de escasez. Y eso nos lo han inculcado a través de la programación inadvertida (subliminal) que nos suministran, sin haberla solicitado, desde los medios de comunicación, hasta las religiones más organizadas. Desde niños comenzamos a conformarnos pensando en la distribución desigual de las riquezas, que el 10 % de la población tiene el 90 % de las riquezas. A pesar de ser cierto, la transmisión de esta idea de generación en generación, nos ha hecho más mal que bien.
En ningún momento, que yo recuerde, se nos enseña que todos podemos llegar a ser ricos y prósperos. Siempre se sobreestima el valor de la cultura general y se le da una escasa importancia al entrenamiento para el éxito y la riqueza. ¿Alguno de los lectores tuvo la suerte de tener un profesor que le enseñase las claves para conseguir dinero, para mantenerlo, para hacerlo crecer? Creo que no, porque los profesores eran de los que luchaban tanto como cualquiera para llegar a fin de mes.
Los niños y jóvenes de hoy en día, tienen todo el derecho del mundo a conocer cómo funciona nuestro sistema capitalista, a saber de dónde sale el dinero con el que sus padres pagan el colegio, a conocer el engranaje de la propiedad privada y todo lo demás, pero también tienen el derecho a saber cómo sacarle partido a esa información y sobre todo a saber salir de la base de la pirámide ¡y eso jamás se les enseña, porque no interesa que sepan demasiado!
Proponemos una nueva asignatura para todos los colegios y escuelas del mundo: Éxito, bienestar y crecimiento económico, podría llamarse. Esta materia debería estar entre las denominadas troncales de nuestro sistema educativo.
Aspirar por tanto a la riqueza, sí que es un fin justo y nada vergonzoso. Cuando se tiene el firme objetivo de obtener libertad financiera, se ha de perseguir, partiendo de la base de que es un logro que está en principio al alcance de cualquiera (esto es lo que se les enseñaría a los niños y adolescentes desde nuestra escuela ideal), la vida puede dar entonces un cambio tan positivo que afecta a todos los que te rodean.
Cada uno de nuestros niños-jóvenes trabajando para su propio beneficio (porque el egoísmo es una virtud) se convertirían en personas más útiles y necesarias para la sociedad. Porque así ocurren los verdaderos beneficios para la sociedad, cuando cada uno cambia. Cuando cada persona es feliz, y ha logrado el objetivo de la libertad financiera, podrá ayudar al prójimo de la manera que desee.
Nuestra cultura, instituciones y sistemas educativos nos inculcan que el dinero no es lo más importante en la vida, y las familias coherentes de hoy en día deben contrarrestar desde casa esta idea, con la base de que eso podría ser cierto, pero el dinero afecta a todo lo que sin lugar a dudas, sí que es importante : Salud, educación, en resumen, la calidad de vida. Tenemos que hacer entender a nuestros jóvenes, que al final, el dinero lo que compra es una de estas dos cosas para su vida : La esclavitud o la libertad. El ser esclavo/a de un empleo, de las deudas y en muchas ocasiones, hasta de una relación no deseada. El hacer que el dinero se convierta en algo importante para ellos les inculcará, además de independencia financiera, la capacidad de vivir su vida como de verdad elijan hacerlo. Eso es lo verdaderamente importante, que compra la libertad, para que nadie ni nada les diga qué tienen que hacer…..
Esto me recuerda cierta entrevista realizada hace pocos años a la esposa de un exjugador de fútbol argentino, que resumía de manera frívola, pero muy cierta esta idea. Ante la pregunta : ¿El dinero da la felicidad?, ella respondía : “No, la compra”.
Maria Belén Fernández, Cultura financiera
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