Para definirlo en una palabra, la viudez puede resultar abrumadora. De pronto, quien atraviesa la muerte de su par amado, debe enfrentarse con una gran cantidad de temas relacionados con el dinero, como la administración de propiedades, presupuestos, inversiones y la toma de decisiones relacionadas con estos asuntos.
Esto puede resultar particularmente abrumador si quien estaba a cargo de los asuntos financieros es aquella persona fallecida. Sin embargo, la rápida y adecuada toma de decisiones puede contribuir a evitar potenciales dificultades financieras a largo plazo.
Como Enfrentar Financieramente la Viudez
Aquí proponemos una útil guía de pasos a seguir y acciones a implementar en el inmediato, corto y mediano plazo:
1.- Tomar control de la administración de las propiedades, de su trámite de sucesión y obtener inmediato acceso al dinero: Todo este proceso puede demorar entre 6 y 18 meses. Las personas viudas suelen necesitar la ayuda de un profesional para lograr comprender el proceso legal y su terminología, los complejos documentos involucrados y los pasos necesarios para transferir las cuentas a su nombre para poder manejarlas.
2.- Control de gastos y creación de un presupuesto de emergencia: Es posible que, quien enviuda, deba enfrentarse a un presupuesto restringido hasta que reciba nuevos recursos, tales como los provenientes del seguro médico o el seguro de vida. Por otra parte, a pesar de que el/la viudo/a podrá recibir una pensión correspondiente al fallecimiento del cónyuge, la realidad financiera de quien ha sobrevivido puede verse radicalmente modificada si la persona fallecida trabajaba y era el “proveedor” de la casa.
En muchas ocasiones, para poder afrontar esta nueva situación, quien enviuda debe mudarse a una casa más pequeña y reducir algunos gastos, todos estos hechos que suelen sumar al dolor por la pérdida una sensación de desarraigo, desorientación o desaliento.
3.- Tomar control del pago de los gastos corrientes: Si quien enviuda no tenía a su cargo esta tarea, es imprescindible que comience a hacerlo en forma inmediata para poder preservar la buena “reputación” de pago.
4.- Notificar del fallecimiento a entidades financieras: Resulta imprescindible que el cónyuge sobreviviente notifique del fallecimiento cuanto antes a su banco y otras instituciones financieras o legales. Esto evitará las posibilidades de que se cometa algún tipo de fraude utilizando el nombre de la persona fallecida.
5.- Mantener la cobertura médica y evaluar qué otros beneficios pueden percibirse: Si ésta fuera un beneficio percibido por el cónyuge fallecido, es posible contactar a su empleador para transferir el beneficio a nombre del cónyuge sobreviviente (especialmente, en el caso de que haya hijos). Si esto no fuera posible, se sugiere tomar acción rápidamente y asesorarse con respecto a cuál es la mejor cobertura, en función de las necesidades del cónyuge viudo y su familia.
En cuanto a otros beneficios, como los seguros de discapacidad o de vida, se recomienda contactar a la compañía aseguradora o al agente correspondiente y obtener asesoramiento profesional.
6.- Analizar la posibilidad de invertir: Es posible que, quien haya enviudado, haya recibido dinero proveniente de un seguro de vida que debería ser invertido. En función del panorama de la nueva realidad financiera planteada a la persona, se sugiere el asesoramiento de un Planificador Financiero para elegir el tipo de inversión más adecuada.
7.- Analizar el plan de sucesión: Dependiendo de cómo hubiera sido creado el plan original, el/la viudo/a puede precisar realizar una revisión de su plan de sucesión. En ocasiones es necesario cambiar o incluir beneficiarios. Por otra parte, también resulta necesario otorgar poderes legales para la toma de determinadas decisiones en caso de urgencia que él/ella no sean capaces de resolver, no habiendo ya un cónyuge que lo haga.
8.- Educarse financieramente: Generalmente, si la persona que recientemente ha enviudado es mujer y su esposo estaba a cargo de la administración del dinero de la familia, será de suma utilidad recibir asesoramiento y “formación” en cuanto a los asuntos financieros.
Débora Grätzer