Trabajaba en el sector de la hostelería y tras un ERTE fue despedida, por lo que tuvo que pedir ayuda financiera para los gastos del día a día
El Juzgado Mercantil número 1 de Las Palmas de Gran Canaria ha perdonado una deuda de 30.602,41 euros a una vecina de San Bartolomé, en Lanzarote, que se vio inmersa en una situación de endeudamiento al no poder hacer frente a los préstamos que había solicitado durante la pandemia del coronavirus, quedarse sin trabajo al dedicarse al sector de la hostelería y tener que afrontar los gastos diarios. Así, el juez exonera del pasivo insatisfecho a la clienta de Bergadà Abogados, despacho especializado en Derecho concursal, de ámbito nacional, gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad.
En cuanto a los hechos, señalar que la mujer siempre ha trabajado sobre todo en el sector hostelero. Pero todo se trucó con la crisis pandémica provocada por el Covid-19 en 2020. Hasta entonces, aún siendo madre soltera y no recibir ninguna ayuda, con gran esfuerzo siempre había podido salir adelante junto a su hija menor de edad. Pero cabe recordar que el coronavirus afectó especialmente al sector turístico y a sus trabajadores. Ella no fue excepción y permaneció un largo periodo de tiempo en ERTE.
La sorpresa se produjo al finalizar éste. «En junio de aquel año, el día antes a incorporarme la empresa me envió un burofax, igual que al resto de mis compañeros, en el que decía que cerraba. Ni tan si quiera hubo una llamada dando una explicación. Esto fue un drama, ya que cuando estaba en ERTE tan sólo cobraba unos 600 euros y pese a que siempre he sido muy cuidadosa con los gastos empecé tirar de tarjetas de crédito y préstamos, que incluso mi propio banco me ofreció, para poder salir adelante». De este modo, pasó a encontrarse en una situación económica muy vulnerable.
Así pues, «la bola se fue haciendo más grande, ya que pensaba que una solución era pedir otro préstamo para cubrir el anterior, pero eso era un error, ya que además lo intereses era muy elevados«. Incluso, su banco le concedió una segunda hipoteca para que afrontar los citados préstamos que había solicitado previamente.
En este sentido, la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Abogados, Marta Bergadà, comenta que, «como tantos otros trabajadores del sector hostelero que se quedaron sin trabajo por la crisis causada por el coronavirus, solicitó préstamos para afrontar el día a día, pero los ha ido arrastrando hasta la actualidad. Además, muchas entidades bancarias también se aprovecharon de ellos haciéndoles creer que pidiendo otros o tarjetas de crédito podrían salir adelante. Estaba en una situación de gran vulnerabilidad y sin saber qué hacer».
También cabe indicar que todo ello le provocó problemas de salud, ya que sufrió insomnio, estrés y ansiedad, «porque pensaba que lo iba a perder todo, incluida mi vivienda pese a que siempre he pagado la correspondiente cuota de la hipoteca, y que yo y mi hija nos íbamos a quedar en la calle», señala la mujer.
A ello, hubo que sumarles las constantes llamadas y amenazas de las diferentes entidades bancarias. «En un día podía tener 50 correos electrónicos y entre mi hija que es menor de edad y yo llegamos a recibir hasta 200 llamadas en 24 horas. Era horroroso, porque además me coaccionaba y me amenazaban diciéndome que me iban a embargar y a quitar todo lo que tenía. No tenían ningún respeto, ya que además yo siempre he pagado la hipoteca de mi vivienda y los gastos cotidianos como son los de luz, agua y gas, aunque me tuviera que apretar mucho el cinturón», añade.
Fue a principios de año cuando la mujer, buscando una solución, descubrió el Foro de Facebook de la Ley de la Segunda Oportunidad que dirige Marta Bergadà. «Siempre estaba dando muchos ánimos y soluciones a todos los usuarios y empatizaba con ello, pero he de reconocer que la desconfianza generada tras tanto sufrimiento hacía que tuviera miedo«, expone la mujer.
No obstante, en marzo decidió enviar un mensaje a través de dicho foro para aclarar unas dudas que tenía. «Prácticamente de inmediato se puso en contacto conmigo Belén Blasco, de Bergadà Abogados, y me aclaró todo. Del mismo modo, me indicó que lo mejor sería hacer una videollamada con Marta Bergadà para exponer mi caso y que ella me dijera qué se podía hacer, así que concertamos una reunió por ese modo».
Por su parte, Marta Bergadà recuerda que «en aquella primera reunió todo el equipo ya vimos que estaba en una situación de extrema delicadeza, pero con la documentación que nos aportó quedaba reflejado que se trataba de una deudora de buena fe y que, por lo tanto, se podía acoger a la Ley de la Segunda Oportunidad«. Así, rápidamente se inició todo el procedimiento. En este sentido, la clienta de Bergadà Abogados comenta que «han sido unos meses de mucha incertidumbre, porque seguía teniendo mucho miedo, aunque desde el despacho siempre me han transmitido tranquilidad y confianza«.
La buena noticia llegó recientemente, cuando el juez del Juzgado Mercantil número 1 de Las Palmas de Gran Canaria le perdonaba una deuda de 30.602,41 euros. «Se dio la circunstancia que cuando me llamaron de Bergadà Abogados para decirme que se me había exonerado el pasivo insatisfecho gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad había tenido muy mal día. Por ello, cuando me lo comunicaron me quedé en shock, sin saber qué responder, poder hablar o expresar alguna emoción. No me lo creía y me ha costado asimilar, ya que he sufrido mucho».
Por ello, «ahora veo el futuro de otra manera. Voy a salir adelante, junto a mi hija, con lo que tengo y sin pedir ningún préstamos ni tarjeta de crédito. Además, ahora voy a poder empezar a ahorrar para tener una vida tranquila y sin riesgos«.
Finalmente, Marta Bergadà recuerda que «muchas personas sufrieron en primera persona las consecuencias de la crisis que provocó el coronavirus y que hoy en día siguen arrastrando aquellas deudas. Nuevamente, nos vemos en la obligación de remarcar que en necesario seguir dando a conocer la Ley de la Segunda Oportunidad, ya que si son deudores de buena fe podrán acogerse a ella y olvidar ese pasado tan oscuro».
