La llegada de la pandemia del Covid-19 fue el momento más complicado para la clienta de Bergadà Asociados, ya que «toqué fondo»
El Juzgado de Primera Instancia (mercantil) número 6 de Lleida (recientemente, ha pasado a ser el Juzgado Mercantil número 1 de Lleida) ha perdonado una deuda de 415.735,94 euros a una vecina del Segrià cuyo endeudamiento se remonta a hace años y fue en aumento debido al traslado y obras en la ampliación de su negocio de decoración y floristería. De hecho, su situación de insolvencia también se vio agravada por la pandemia del Covid-19. Pero recientemente el juez emitía el correspondiente auto en el cual exoneraba del pasivo insatisfecho a la clienta de Bergadà Asociados gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad.
En cuanto a los hechos, estos se remontan a unos 15 años atrás, cuando la mujer abrió su primera tienda de decoración en una población cercana a la capital del Segrià. El negocio iba bien, por lo que al cabo de tres años decidió trasladarse a un local más grande, que se encontraba en los bajos de donde vivían sus padres, y debía de adecuarse para destinarlo al negocio. «Hacía poco que me había separado y surgió aquella oportunidad de cambiar la ubicación del negocio. Estaba sola, pero no me lo pensé dos veces e hipotequé la casa por poder realizar las obras de adecuación del local«, recuerda la mujer.
Los años fueron pasando y su vez el negocio se había consolidado y generaba beneficios. Ello propició que en 2007 tomara la decisión de trasladarse a otro local, una nave de 300 metros cuadrados. «En aquella época tuve a mi hijo, por lo que para realizar las obras en esa nueva ubicación solicité un ICO que se acabó transformando en una nueva hipoteca. Facturaba mucho dinero, ya que había muchas ventas tanto de decoración como de floristería, pero sin darme cuenta, entre hipotecas y préstamos, la cifra de la deuda se iba incrementando«, comenta. Asimismo, matiza que «coincidió en un momento en el que, debido a los cambios y absorción entre bancos las condiciones de todo lo que tenía contratado empezaron a cambiar y eso acabó en una situación muy complicada«.
Todo se volvió todavía más complicado antes de la pandemia del Covid-19, «cuando las ventas empezaron a caer en picado», razón por la cual, pese a la gran inversión que había realizado en la citada nave, «la cerré y me trasladé de nuevo al local del edificio donde residían mis padres para intentar reconducir la situación y reducir los gastos«. Pero fue con la llegada en 2020 del coronavirus «cuando toqué fondo. De hecho, pensaba que no saldría adelante nunca más y siempre estaría endeuda».
Por su parte, la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Asociados, Marta Bergadà, comenta que «en todo momento intentó pagar lo que se le exigía. Pero llegó un momento que no pudo más, ya que estaba con el agua al cuello. De hecho, se vio en inmersa en la misma situación que muchos otros empresarios que lo pasaron tan mal debido a las restricciones y el descenso drástico de clientes«.
Fue en el año 2021 cuando tomó decide intentar buscar una solución a un problema que, además, le estaba pasando factura psicológicamente, «ya que en ese momento mi máxima preocupación era salvar mi vivienda. Sabía que existía la Ley de la Segunda Oportunidad, pero llamé a varios despachos que no me dieron confianza. Un día, buscando por Internet di con el Foro que Facebook que gestiona Marta Bergadà y, rápidamente, vi que dominaba de esta ley, por lo que me puse en contacto».
De hecho, la letrada comenta que «estaba en una situación límite, ya que no veía un futuro claro, y estaba muy angustiada por todo lo que había vivido y que tanto le había afectado, sobre todo emocionalmente». Incluso, se separó de la que por aquel entonces era su pareja. Por ello, tras una primera reunión y aportar la correspondiente documentación se inició todo el procedimiento. «Desde el primer minuto me dieron mucha confianza y tranquilidad, algo que realmente necesitaba en mi vida», añade la clienta de Bergadà Asociados.
Y todo cambió recientemente, cuando el juez del Juzgado de Primera Instancia (mercantil) número 6 de Lleida (en estos momentos ya es el Juzgado Mercantil número 1 de Lleida) perdonaba a esta empresaria del sector de la decoración y floristería una deuda de 415.735,94 euros gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad. «Han sido tres años muy complicados. Pero siempre me he sentido muy apoyada por Marta Bergadà y su equipo, ya que son grandes profesionales y luchan por sus clientes. Por eso, cuando me llamaron para decirme que se me exoneraba el pasivo insatisfecho se me puso la piel de gallina y acto seguido empecé a dar saltos de alegría, ya que era una gran noticia«.
Asimismo, Marta Bergadà comenta que «han sido tres años complejos en los que se han vivido situaciones complicadas, pero nuestra función como abogados también es estar al lado de nuestros clientes y acompañarlos en todo momento. Nuestra clienta es una empresaria valiente y decidida, y, tras el perdón de las deudas, estamos seguros que generará una gran riqueza».
Por ello, la mujer expresa que «ahora veo el futuro con mucho más optimismo y fuerza. Voy a tirar adelante mi negocio de decoración y floristería sin preocupaciones y, además, me podré centrar en abrir nuevos horizontes como la formación y los talleres relacionados con el arte floral y la terapia que supone y el reciclaje, acompañando a otras personas a que abran su faceta más artística«.
Finalmente, Marta Bergadà comenta que «en nuestro país ha habido momentos muy complicados y negros en los que numerosos empresarios pasaron de tener negocios en auge a verlos descender en picado por la pérdida de clientes, lo que les provocó perderlo prácticamente todo por las deudas que a día de hoy siguen arrastrando. Por suerte, existe la Ley de la Segunda Oportunidad y si son deudores de buena fe pueden dejar atrás todas las pesadillas y deudas«.
