Laia Pons: «Ley de la Segunda Oportunidad es un salvavidas para todas las personas que se encuentran en una situación de insolvencia»

Entrevista a Laia Pons abogada júnior de Bergadà Asociados

La abogada júnior de Bergadà Asociados señala cómo es su relación con los clientes del despacho y muestra su punto de vista sobre la evolución constante de la normativa

Usted ya tiene una experiencia como abogada en Derecho Concursal, pero para quien no la conozca, ¿cómo se presentaría?

Desde hace un año estoy especializada en la Ley de la Segunda Oportunidad. Dicha especialización ha sido complementada con distintos cursos profesionalizados sobre la materia, lo que me ha proporcionado tener la capacidad analítica de poder asesorar a los clientes en ese tipo de asuntos.  

¿Cómo llegó a Bergadà Asociados?

Después de finalizar los estudios del Máster en Abogacía cursado en la Universitat de Lleida (UdL), y tras superar el examen de acceso a la abogacía en el año 2022, me encontraba en situación de búsqueda activa de empleo.

Fue un momento duro, pues el mercado laboral de la abogacía se encuentra limitado en cuanto a oportunidades para los abogados jóvenes. En ese momento, mi experiencia previa consistía en las prácticas realizadas en la carrera de Derecho y en el Máster de Abogacía, aproximadamente, un poco más de un año entre ambas.

Cuando fui a realizar la entrevista para poder acceder al despacho de Marta Bergadá, mis primeras sensaciones fueron muy positivas, pues a simple vista se podía observar que se trataba de un despacho familiar y muy cercano, con un ambiente muy agradable.

En Bergadà Asociados se me dio la oportunidad de formar parte de su equipo, lo cual me ha aportado una visión crítica y práctica del derecho concursal, materia la cual, en mis estudios universitarios, llegó a ser un poco desconocida.

¿Qué es lo que destacaría de su trabajo como abogada?

La función principal de un abogado es llegar a entender la situación que está viviendo el cliente y transmitirle la tranquilidad que necesita. Por eso, considero que una de mis cualidades como abogada, es el saber escuchar, e intentarles explicar a los clientes, que, pese a su difícil situación, podemos encontrar una solución.  Siempre es muy importante dejar que ellos expliquen todas sus preocupaciones. En cierto modo, y salvando las distancias, los abogados llegamos a ser “psicólogos” de esas personas, pues en la mayoría de los casos, es tanto el tiempo que llevan en una situación complicada que en nuestras primeras reuniones se desahogan de todos los problemas que les ha generado esa situación vivida.

¿Porqué el Derecho Concursal?

Es una pregunta interesante, pues según mi trayectoria académica, el Derecho Mercantil en general, y en concreto el Derecho Concursal, es una rama del Derecho que no se le da en muchas ocasiones la importancia que necesita.

Al tratar ese tema de forma superficial durante los estudios universitarios, mis conocimientos sobre el tema eran básicos. Se trata de una normativa muy cambiante, y que permanentemente tienes que estar en constante formación, por eso es tan importante estar especializado en este tema.

Tanto yo como mis compañeros del despacho estamos en constante formación. Es por eso que, a lo largo de este tiempo, he ampliado mis conocimientos básicos a unos conocimientos profesionalizados.

Y más concretamente, ¿porqué enfocarse a la Ley de la Segunda Oportunidad?

En cierto modo, la Ley de la Segunda Oportunidad es un salvavidas para todas las personas que se encuentran en una situación de insolvencia.

Cuando se habla del Derecho Concursal, se nos viene a la mente una empresa, algo material, pero con la Ley de Segunda Oportunidad tratas con personas.

A día de hoy, y después de haber vivido como país tantas crisis que han dejado a muchas personas en situaciones vulnerables, con esta Ley, les permitimos poder salir a flote, les damos “una segunda oportunidad. El endeudamiento de esas personas, las deja paralizadas, nadie les ofrece ayuda, no pueden refinanciarse, no consiguen salvaguardar en muchas ocasiones la totalidad de su sueldo o bienes, porque se los embargan, y la situación entra en un bucle del cual por uno mismo es imposible salir, porque nadie te facilita los medios para ello. Tras acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, esa persona empieza de cero, puede reconducir su vida.

En el despacho son varios profesionales trabajando codo con codo. ¿Cuáles su función dentro de ese engranaje?

Mi principal función es atender previamente a los clientes para saber su situación y estudiar su viabilidad, puesto que la Ley de Segunda Oportunidad requiere que se cumplan una serie de requisitos para su acceso, pues es importante que antes de dar “pasos en falso” se realice un estudio previo.

Ya una vez vemos el caso viable, nos reunimos con esa persona para explicarle más detalladamente cómo va a seguirse su procedimiento y le acompañamos desde el inicio hasta el final del procedimiento. 

¿Cómo es la conexión con los clientes?

Intentamos ser lo más cercanos posibles a las personas, pues tenemos que transmitirles una confianza para que ellos puedan sentirse seguros en un procedimiento tan desconocido para muchos.  

¿Qué es lo que más les preocupa a los clientes?

Muchos se sienten intranquilos y con poca confianza. El desconocimiento de la norma y la desinformación de la misma causa en ellos una cierta preocupación de si realmente la situación va a salir bien. Pues en la mayoría de los casos, vienen tan desesperados con la situación y les han prometido en tantas ocasiones que van a recuperase refinanciando los créditos que, en cuanto les expones la solución, llegan a sentirse extraños. Por eso, es tan importante transmitirles una seguridad previa y entender su situación.

¿Qué momento más complicado recuerda?

No podría elegir uno en concreto, yo creo que la situación más complicada en la mayoría de los casos, es escuchar la historia de las personas que, pese a sus esfuerzos y su trabajo constante, no han podido reconducir su vida. Muchas de esas personas que llegan al despacho, detrás de ellos depende una familia, y es duro escuchar cuando se ven tan desesperados que ya no tienen ni ingresos para poder mantener las necesidades básicas de su entorno.

Y por el contrario, ¿el mejor momento?

El mejor momento sin duda es cuando les podemos decir que ya tienen la exoneración del pasivo insatisfecho. Aunque en alguna de las ocasiones no podemos decirlo de forma presencial, notas esa felicidad tras esa llamada, puedes sentir la alegría de ellos. En muchas ocasiones no llegan ni a creérselo, porque son tantos años de sufrimiento, que les parece extraño haberse liberado de tanta carga. Vivir estas sensaciones es la gratificación del esfuerzo que hemos hecho día tras día para esa persona. Compensa todo el trabajo realizado.

Supongo que cada caso es un mundo diferente…

Por ello, es importante contar con un equipo de profesionales cuyos perfiles son diferentes…

¿Es difícil no mezclar las emociones?

Al final hay que tener en cuenta que todos somos personas y tenemos emociones. Es complicado a veces saber separar el trabajo de lo personal, pero siempre tienes que pensar que, pese al malestar de la persona, vas a poder ayudarlo. Por eso, es importante, siempre, que lo necesite, brindarle apoyo y hacerle saber que todo sigue su curso correcto. 

Supongo que después de decirles que el juez les ha perdona la deuda con algunos de ellos aún siguen manteniendo contacto. ¿Es fácil para ellos empezar des de cero o hay un proceso de adaptación por el sufrimiento que han padecido?

Por lo general, cuando reciben la noticia se quedan en estado de choque, porque cuesta creer que ha podido cerrar esa etapa que les ha causado tanto sufrimiento a lo largo de los años.

En muchos casos, tienen miedo de empezar de nuevo, porque siguen con la creencia que ya están sentenciados por esa situación toda su vida. Siempre los animamos a seguir adelante y les explicamos que, para ellos, es un nuevo comienzo.

El proceso de adaptación siempre está presente, porque al final también tienen que recuperar la confianza que les han hecho perder. Nos alegra saber cuando un cliente al cabo del tiempo ha podido rehacer su vida con normalidad.

Centrándonos en la Ley de la Segunda Oportunidad. ¿Porqué cree que es tan desconocida toda?

Estamos hablando de una ley relativamente nueva. Hasta hace muy poco no se escuchaban casos sobre este tema de forma mediática. Sí para el jurista ya es un tema muy especifico el cual requiere también de una formación muy específica, para las personas legos en Derecho aún es más complicado que puedan tener conocimiento sobre la existencia de la Ley de la Segunda Oportunidad.

En relación a lo anterior, ¿cómo puede llegar a más gente, es decir, que se debería hacer para que fuera más conocida?

Como he mencionado antes, los medios de comunicación no hacían ningún tipo de referencia a esta ley. Ahora que los medios empiezan a interesarse por ella es más fácil que pueda ser conocida por la sociedad.

Por ello, nosotros también trabajamos en nuestro blog realizando artículos de comprensión sencilla para que todo el mundo se pueda informar de cómo es realmente esta ley.

¿Son necesarios tantos cambios a menudos en la Ley de la Segunda Oportunidad y en la Ley Concursal?

Todo texto legislativo tiene que adaptarse a la realidad del momento. Por eso, considero que sí tienen que producirse ciertos cambios, si bien estos siempre pueden causar cierta indefensión e inseguridad jurídica. 

Entonces, para ustedes los/las abogados/as, la formación es constante…

Es muy importante mantener la constante formación al tratarse de una ley muy cambiante que va adaptándose a la actualidad del momento.

¿Qué les diría a todas aquellas personas que se encuentran ahogadas por las deudas?

Que pese al miedo e inseguridades que puedan tener es necesario poner una solución a su situación. Es posible una exoneración de sus deudas o, por lo menos, que se les brinde un asesoramiento de cómo pueden gestionarlo, pues con el tiempo, si se deja pasar, la situación de agrava.

¿Y si usted pudiera hacer cambios en la Ley de la Segunda Oportunidad, qué cambiaria?

Principalmente el cambio que veo necesario, y por suerte ya se está poniendo de manifiesto, es la exoneración de la deuda pública. En algunas ocasiones nos encontramos con personas con negocios fallidos y con deuda pública de cantidad considerable. En estos casos, lamentamos no poder ofrecer ayuda a este tipo de casos, pues por mucho que puedan acogerse a la ley, no les sale rentable dependiendo de la totalidad de duda que se haya generado, pues, nos encontramos con una exoneración de una cantidad limitada en ese sentido.

También en cuanto al tema de derivaciones, pues, se niega el acceso a todas esas personas que tengan derivación de empresa, y puesto que en España el sector empresarial tiene notable relevancia, tendría que tenerse en cuenta este colectivo para que también tengan derecho a una segunda oportunidad.

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