Aplica la Ley de la Segunda Oportunidad a la pareja, la cual se vio desbordada para hacer frente a préstamos, tras un deterioro de su estado de salud
El juzgado de primera instancia número 6 (mercantil) de Lleida ha perdonado una deuda de 30.000 euros que había acumulado un matrimonio de octogenarios, vecinos de Agramunt, J. E. B. y M. P. B., el cual se vio desbordado por todos los préstamos que tuvo que solicitar para hacer frente a ésta tras el deterioro de su estado de salud.
Así, en el correspondiente Auto con fecha del pasado 6 de febrero, el juez concede a la pareja, representada por el despacho Bergadà Asociados, la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI) al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad. Tras perdonarles las deudas gracias a la aplicación de dicha ley, «ahora pueden descansar y destinar los recursos necesarios a la grave enfermedad de la mujer», manifiesta la abogada que ha llevado el caso, Marta Bergadà. Por su parte, el hombre expresa que «ahora podemos mirar hacia delante, porque volvemos a estar muy animados y contentos».
Tal y como recuerda la letrada y socia fundadora de Bergadà Asociados, Marta Bergada, el matrimonio tenía una situación económica estable, ya que él trabajaba para un ayuntamiento, por lo que compró una vivienda y asumió una hipoteca elevada. Llegó un momento en el que dejó de prestar servicios al consistorio y «los ingresos familiares disminuyeron, lo que les impidió seguir asumiendo dicha hipoteca».
Ante tal situación, vendieron la vivienda «para liquidar las deudas existentes que consistían en la hipoteca, las derramas de obras comunitarias y la plusvalía del ayuntamiento por la venta del inmueble». Pero esta venta no les permitió saldar todas las deudas y ello unido a una grave enfermedad de la esposa le obligó a solicitar créditos para poder hacer frente a ellas.
Durante este tiempo, han estado viviendo de ayudas por parte de familiares y otros. «La situación empeoró por una grave enfermedad de la mujer, que requiere cuidados médicos y gastos farmacéutico que ascienden a un alto importe», añade Bergadà.
Según explica Marta Bergadà, «en agosto del año pasado el 80% de su pensión, de unos 1.650 euros, se destinaba para los préstamos y el 20% restante para el pago de tarjetas de crédito, haciendo inviable la atención de gastos familiares y sanitarios, y los recibos de electricidad, teléfono, gas y agua». Por esa razón, la única solución existente era acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad.
«Se encontraban en una situación límite por culpa de los préstamos y las tarjetas bancarias que los bancos les concedieron sin hacer un estudio responsable de su situación ni asesorarles correctamente». Ahora, con la exoneración de las deudas «se han quitado de encima la pesada carga de las deudas, por lo que su pensión podrá ser destinada a los que es realmente importante en estos momentos, que es su subsistencia y tranquilidad».
Por su parte, el hombre argumenta que «tan sólo tengo palabras de ilusión por la resolución de nuestro caso. Al perdonarnos las deudas podemos volver a empezar de nuevo«. Añade que «a partir de ahora podré destinar mi pensión a los cuidados de mi mujer, porque los necesita». Y concluye diciendo que «esto ha sido un éxito y he de reconocer que hemos tenido la suerte de encontrarnos con los grandes profesionales de Bergadà Asociados«.
Gracias por dar voz a los que peor la pasan.
Excelente artículo
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Seguiremos luchando por el derecho de todos a una Segunda Oportunidad.
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