Solemos escuchar que el éxito viene del esfuerzo. Es cierto. Pero creo que hay una declaración más ajustada aún: El éxito viene de la persistencia. Si bien una tarde de mucho esfuerzo puede ser muy efectiva, dedicar un rato cada día, durante un mes entero, es más efectivo todavía.
El adoptar un acto como recurrente por un período largo de tiempo suele conocerse como hábito. Adoptar hábitos operativos positivos -o virtudes- está directamente relacionado con la consecución de los objetivos que se plantee. Como se suele decir, el agua no hace erosión en las rocas por la fuerza, sino por repetición.
Hay una infinidad de hábitos con excelentes resultados, pero aquí resumiremos seis hábitos sencillos de adquirir para lograr objetivos que usted mismo se plantee.
1. Comience el día temprano
Ver: 6 hábitos de las personas ricas
Si ya tenemos suficientes estímulos en nuestra vida, producto de la sobre-información, la distracción constante de nuestros amigos, familiares o incluso compañeros de trabajo tienen un efecto negativo sobre la productividad. Cuanto más temprano se levante, menos personas habrá despiertas y, por ende, estará expuesto a menor cantidad de distracciones.
Además, está estudiado que en la mayoría de las personas la mente funciona mejor durante la mañana. Nos levantamos descansados, llenos de energía, y con la mente más despejada de los estímulos que la inundan con el correr del día.
Yendo un paso más lejos, incluso es recomendable que aproveche los primeros momentos del día para sacarse de encima las tareas más complicadas, o las que requieren de más análisis.
2. Póngase objetivos
Los objetivos son un arma muy poderosa a la hora de aumentar su productividad. En primer lugar, porque le dan dirección a sus tareas diarias. Brinda una noción más clara de cuáles son las tareas más urgentes.Por otro lado, permiten estructurar de mejor manera la agenda de tareas a desarrollar.
Como mencionamos anteriormente, los objetivos también tienen un impacto directo en la productividad. Los objetivos intermedios permiten tener una meta alcanzable en un período de tiempo más corto, lo cual incide de forma directa en la motivación.
Lo ideal es desglosar los principales objetivos en objetivos intermedios. En un post anterior ya analizamos cómo plantearse y cumplir objetivos personales.
3. Leer
Adopte el hábito de leer, como mínimo, una hora por día. En lo posible, que sea algo que lo eduque, que le permita aprender algo nuevo. Las novelas también sirven, ya que enseñan a comprender la forma de ver el mundo que tenía o tiene el autor.
Ver: ¿Cómo son los hábitos de sueño de las personas exitosas?
Hacerlo antes de dormir es una buena alternativa, ya que así se evita usar pantallas que empeoran la posterior calidad del sueño. Lea algo que le apasione al punto en que espera con ansias que llegue el momento de lectura del día.
¿Por qué hablamos de la lectura como un hábito? Porque si adopta la costumbre de leer un poco todos los días, a la larga habrá consumido mucho más conocimiento que si optara por leer 5 horas seguidas, durante algunas ocasiones en el año.
4. Adopte el «tiempo destinado»
El «tiempo destinado» es una práctica que consiste en incorporar a la planificación del día, un período de tiempo destinado exclusivamente a la realización de una tarea importante en particular. Por ejemplo, hoy decidí que destinaría un tiempo para redactar este post.
Este tipo de hábito es, en definitiva, un compromiso con usted mismo. Si no cumple con el «tiempo destinado», el afectado será usted. Por eso es muy importante que sea responsable, y que realmente cumpla con éstos.
5. Reúnase con personas más inteligentes
Nuestro tiempo es obviamente limitado, y lo mismo ocurre con el tiempo que dedicamos a otras personas. Nuestros familiares, amigos y parejas se «disputan» el tiempo limitado de nuestra atención. Además, compiten también con nuestros compares de trabajo, clientes, proveedores, jefes, etc.
Por eso, lo invito a que fije una cierta cantidad de tiempo para destinarlo a personas más «inteligentes» que usted. ¿Por qué las comillas? Porque con «inteligente» me refiero a que tenga más avanzada alguna habilidad en particular. Por ejemplo, la habilidad de negociar, de vender, de analizar, etc.
Ver: 5 enemigos principales de la riqueza, de los que debe alejarse volando
6. Pregúntese «¿Por qué?»
Éste es un punto con trampa. Más que un hábito se trata de una forma de pensar. La idea es que rompa con los prejuicios y sobre lo que se supone que se debe hacer, y comience a adoptar un actitud más crítica e innovadora. Cada vez que deba lograr algo, pregúntese por qué habría de hacerlo como le dicen, y analice si no hay un camino más sencillo.
Estos son algunos hábitos generales que le recomendamos como una forma de ser más eficiente a la hora de lograr su objetivos. Sin embargo, nadie podrá elegir los mejores hábitos que usted mismo. Una hora de ejercicio a la mañana, trabajar de pie, ayudar a quien lo necesite: las opciones son ilimitadas.